Daniel Odier, además de artista y escritor, es uno de los maestros tántricos más importantes del mundo. Su práctica artística está completamente integrada a su práctica espiritual, el Shivaísmo de Cachemira, en la cual fue iniciado en los Himalayas por la yoguini Lalita Devi en 1975. La abstracción gestual en su pintura, en la línea de la llamada action painting, practicada por Jackson Pollock entre otros artistas, procede de una presencia total en la realidad, en el instante presente, en donde a manera de un portal abierto, el artista plasma de forma directa el flujo espontáneo de la experiencia de la realidad. El acto creativo en la pintura de Daniel Odier es una extensión de la práctica del tandava, una danza meditativa de la totalidad que forma parte de la tradición Shivaíta. La acción pictórica en Odier es una danza con la totalidad expresada en los colores que surgen de sus manos hacia el lienzo como un baño de vibración absorbido por las telas y transmitido al espectador.